La intervención del arquitecto y urbanista Oriol Bohigas se caracteriza por una posición dubitativa en casi todos los temas que trata sobre la reforma de la Diagonal, siempre bajo la idea genérica que son los técnicos quienes mejor pueden opinar al respecto, una vez analizados las ventajas e inconvenientes de diferentes alternativas.
En líneas generales, justifica una intervención integral en la Diagonal dado el desorden actual de los diversos usos que se le dan, si bien esta reforma no puede ser presidida por la unión de las dos líneas de tranvía (Besòs y Baix Llobregat), en todo caso , esta unión debería ser la consecuencia de la reforma, no su detonante. No es partidario, de entrada, del tranvía, por su elevado coste y porque la línea resultante sería demasiado larga, aunque no concreta qué inconvenientes plantea este segundo aspecto. Plantea, en interrogación dubitativa, como en la mayor parte de su intervención, si las compañías concesionarias de las líneas actuales de tranvía han podido presionar para una reforma que permita prolongar las líneas. (En este punto, Ramon García Bragado, en su intervención -ver la entrada anterior-, contesta con rotundidad que no ha habido ninguna presión de los actuales operadores). Se muestra más seguro, en cambio, al afirmar que la circulación en Barcelona, en general, y la Diagonal, en particular, no es tan mala como en otras ciudades europeas como París o Londres. Al mismo tiempo, defiende que se mantenga el arbolado actual.
En cuanto al proceso participativo iniciado, empieza advirtiendo que él no es partidario de la participación ciudadana con un discurso que gira en torno a planteamientos que podrían ser catalogados de elitistas: ni que la gente quisiera, difícilmente podría analizar el proyecto, porque no entiende los planos.
En este punto convendría recordar el potencial, no utilizado por ahora en i.de.a. Diagonal que suponen las nuevas tecnologías, mediante las cuales podrían aproximarse representaciones visuales de diferentes alternativas, sin tener que ir a consultar planos detallados, acercándose la información a los ciudadanos. Esta idea, en relación a la Diagonal, ha sido apuntada por el asesor de comunicación Pau de Riba en su blog.
A pesar de este comienzo más bien contundente, Oriol Bohigas matiza posteriormente su concepto de participación, iniciándose a través de la consulta con diversos grupos de técnicos (RACC, Colegio de Arquitectos, universidades …). Tímidamente, incluye la posibilidad de una consulta, sin concretar, a los ciudadanos, en la que se presenten las ventajas, inconvenientes y costes de las diferentes alternativas, para llegar a comentar, finalmente, que en todo caso podría hablarse de diferentes niveles de participación en función de los colectivos implicados.
Efectivamente, en temas de especial contenido técnico, la consulta ciudadana sólo puede ser posible con planteamientos claros y comprensibles de las cuestiones a debatir.
La argumentación de Oriol Bohigas puede encontrarse también en el siguiente artículo del periódico El País.
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